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Nefritis Intersticial

La nefritis intersticial consiste en la inflamación de los túbulos renales, lo cual puede desencadenar problemas con el funcionamiento de los riñones.

Las enfermedades renales interticiales se pueden clasificar en dos grupos:

• Agudas: El padecimiento se presenta de forma temporal.
• Crónicas: El padecimiento se prolonga en el tiempo y empeora.

La causa más común de la nefritis intersticial es la reacción alérgica a fármacos, aunque también lo puede provocar:

• Reacciones alérgicas a medicamentos como paracetamol, ácido acetilsalicílico, penicilina, meticilina, sulfamidas, ampicilina, antiinflamatorios no esteroides, omeprazol, entre otros.
• Infecciones (pielonefritis).
• Bajo potasio en sangre.
• Radiación.
• Trastornos autoinmunes como la enfermedad de Kawasaki, el lupus eritematoso sistémico o la antimembrana basal tubular.

En muchos casos, la nefritis tubulointersticial puede provocar insuficiencia renal.

Síntomas de nefritis intersticial

Entre las manifestaciones que tiene esta enfermedad están:

• Fiebre.
• Náuseas.
• Vómito.
• Sangre en la orina.
• Aumento de peso.
• Hinchazón en diversas partes del cuerpo.
• Falta de apetito.
• Somnolencia.
• Confusión.
• Aumento o reducción del volumen de orina.

Los síntomas de nefritis intersticial y sus posibles complicaciones pueden empezar desde los 3 días o las 5 semanas.

¿Cómo diagnosticar la nefritis intersticial?

Las pruebas para diagnosticar la posible existencia de nefritis intersticial son los exámenes de laboratorio, en donde por medio de análisis de orina y sangre, se identifica los niveles de potasio, creatinina, urea, proteína, etcétera.

También es posible realizar pruebas por imagen como ecografías y gammagrafías para revisar el tamaño de los riñones que estarán agrandados debido a la inflamación que los afecta.

Por último, se puede realizar una biopsia para revisar el tejido y confirmar la enfermedad.

¿Cómo se cura la nefritis intersticial?

El tratamiento para este padecimiento consiste en la identificación de la causa para poder eliminarla. Así pues, se dejarán de tomar los medicamentos que provocan el daño.

Mientras que trata a la enfermedad, también será necesario cuidar a los riñones mediante una dieta sana, reduciendo el consumo de sal, líquidos y proteínas.

Si los riñones recibieron daño, puede que sea necesaria la diálisis o trasplante de riñón.