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Tumores de Oído Medio

Los crecimientos anormales en el oído pueden ser de carácter benigno o maligno y a medida que se desarrollan, pueden provocar obstrucción del canal auditivo, reduciendo la capacidad auditiva y propiciar la acumulación de cerumen.

Uno de los crecimientos más comunes que ocurren en el oído son los colesteatomas.

Estos quistes o crecimientos están hechos de células cutáneas y desechos y a medida que crece, puede dañar a los pequeños huesos que conforman el oído medio o zonas circundantes.

Los colesteatomas se producen debido a infecciones, lesiones o acumulación de presión a lo largo del tiempo. También es posible que estén presentes al nacer.

Entre los factores de riesgo están:

• Otitis media recurrente.
• Paladar hendido.
• Malformaciones craneofaciales.
• Síndrome de Down.
• Síndrome de Turner.

Si no se tratan, los colesteatomas pueden crecer e infectarse, provocando pérdida de audición, alterar el funcionamiento de los nervios faciales y provocar mareos.

De igual manera, pueden existir crecimientos óseos benignos, llamados osteotomas y exóstosis.

Los queloides son otra forma de crecimientos anormales que se conforman de exceso de tejido cicatricial.

Un tumor canceroso del oído se desarrolla en el oído externo y es producto de cánceres de piel que se desarrollan en esa zona.

Para los tumores malignos del oído el tratamiento es la extirpación y la radioterapia/quimioterapia.

Síntomas de los colesteatomas

Cuando alguien tiene un crecimiento anormal en el oído medio, puede presentar los siguientes síntomas:

• Hipoacusia.
• Presión en el oído.
• Vértigo.
• Secreciones en el oído.
• Dolor dentro o detrás del oído.
• Zumbidos.
• Pérdida del equilibrio.

En grados severos se pueden presentar mareos y problemas para mover los músculos del rostro.

¿Cómo detectar y tratar un colesteatoma?

Los colesteatomas se detectan revisando la zona del oído con ayuda de un otoscopio o microscopio. Aquí se podrá visualizar una posible perforación en el tímpano que contiene secreción.

Una vez que el médico está seguro de la existencia de los quistes, el tratamiento consiste en la extirpación de éstos por medio de una cirugía que requiere de anestesia general. La tasa de éxito para esta cirugía es positiva.