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Epidermólisis Ampollosa

La epidermólisis ampollosa es una enfermedad que puede ser genética o adquirida que afecta la forma en que se estructura y se repara la piel; por ende, esta enfermedad se caracteriza por una excesiva fragilidad de la piel y la aparición de ampollas de forma espontánea o bajo estímulos menores como rascarse, el calor o leves traumatismos.

En casos graves, las ampollas pueden presentarse en otras partes del cuerpo.

Existen 3 tipos:

• Epidermólisis ampollosa simple.
• Epidermólisis ampollosa juntural.
• Epidermólisis ampollosa distrófica.

Las ampollas que se producen son propensas a generar infecciones, alteraciones en articulaciones, cáncer de piel o problemas de alimentación (cuando las ampollas se presentan en la boca).

La epidermólisis ampollosa no tiene cura y también es llamada epidermólisis bullosa.

Síntomas de epidermólisis ampollosa

Los síntomas serán variados, según el tipo de epidermólisis ampollosa. Algunos comunes son:

• Deformación y/o caída de uñas.
• Pérdida de cabello.
• Caries.
• Ampollas resultado de cambios de temperatura o rascarse que también pueden aparecer en los ojos, nariz, interior de la boca o garganta.
• Fusión de dedos de manos y pies.
• Engrosamiento de palmas de pies y manos (callos).
• Problemas para respirar.
• Llanto ronco.
• Granos en la piel.
• Problemas para tragar.
• Picor y dolor en la piel.

Diagnóstico y tratamiento

Para confirmar esta enfermedad se pueden realizar exámenes de sangre, genéticos y biopsia de la piel. Llegar al diagnóstico puede tardar un poco de tiempo debido a la rareza de la enfermedad.

El tratamiento de epidermólisis ampollosa se basa en la atención sintomática y la prevención de los factores que generan las ampollas. Así pues, se puede:

• Usar medicamentos para para tratar el dolor, las infecciones, la picazón.
• Prevenir la fricción y traumatismos, por menores que sean.
• En bebés, procurar tener temperatura fresca, ropa suave y holgada, muebles acolchados.
• Comer de manera sana para ayudar a la piel a ser reparada.
• Hacer ejercicio para mantener articulaciones y músculos en buen estado.

Para casos en que ha habido una afectación en el funcionamiento o apariencia, puede ser necesaria cirugía: injertos de piel, dilatación del esófago, reparación de deformidades de la mano o extirpación de células cancerígenas.