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Enfermedad Renal Ateroembólica

La enfermedad renal ateroembólica consiste en el desplazamiento de pequeñas partículas de colesterol y grasa hacia las arterias y ramificaciones de vasos sanguíneos de los riñones.

La causa de la diseminación de estos cristales o partículas está directamente relacionada con la ateroesclerosis, la cual se define como la acumulación de colesterol y grasa en la pared de las arterias, generando placa.

Cuando de la placa se desprenden pequeños fragmentos, estos viajan a través del torrente sanguíneo hasta instalarse en los vasos sanguíneos ubicados en el riñón, llamados arteriolas.

La obstrucción parcial provoca una deficiencia en el flujo de sangre, lo cual altera el funcionamiento normal de los riñones. La enfermedad renal ateroembólica puede desencadenar una oclusión arterial aguda, que es una obstrucción completa y súbita de los vasos sanguíneos renales.

La placa suele romperse cuando la persona se ve sometida a una operación, como una angioplastia o arteriografía.

Síntomas de enfermedad renal ateroembólica

Cuando se obstruye de manera parcial las arterias de que alimentan a los riñones, estos pueden empezar a presentar problemas con su funcionamiento y según la gravedad y el tiempo que siga detenido el flujo normal a dichos órganos, se pueden presentar síntomas como:

• Menor producción de volumen de orina.
• Fatiga.
• Cansancio.
• Falta de apetito.
• Náuseas.
• Vómito.
• Falta de concentración.
• Hipertensión.
• Pérdida de peso.
• Trastornos cerebrales, musculares y nerviosos.

Todos ellos relacionados con lesión renal aguda.

Tratamiento de la enfermedad

Hasta la fecha, no existe un tratamiento eficaz para eliminar los ateroémbolos que ya están instalados en las arterias de los riñones. Por lo cual, todo el cuidado se centra en los síntomas y su control, por ejemplo, la hipertensión, bajar la concentración de lípidos, colesterol.

Se requerirá que el paciente tenga un estilo de vida saludable: hacer ejercicio, dejar de fumar y comer de manera equilibrada.