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Glomerulonefritis Membranoproliferativa

La glomerulonefritis membranoproliferativa (GNMP) es un padecimiento en donde se inflaman los glomérulos, los cuales son pequeños vasos sanguíneos ubicados en los riñones que se encargan de filtrar los desechos y regular los líquidos presentes en la sangre.

En la GNMP, existe una alteración en la forma en que actúa el sistema inmune, ocasionando que los anticuerpos se alojen en la membrana basal glomerular.

La glomerulonefritis es un padecimiento que puede aparecer debido a una enfermedad o desarrollarse de manera espontánea y si no se trata puede dañar de manera grave a los riñones, ocasionando:

• Enfermedad renal crónica: los riñones pierden de manera paulatina y progresiva su función de filtrado.
• Insuficiencia renal aguda: acumulación grave de desechos que requiere de diálisis.
• Hipertensión: por la acumulación de líquidos y desechos.
• Síndrome nefrótico: existe un exceso de proteína en la orina.

Causas de glomerulonefritis membranoproliferativa

Existen 2 tipos de esta enfermedad: GNMP I y GNMP II

La GNMP I representa entre el 80% y 85% de los casos y suele ser provocada por varios padecimientos, algunos son:

• Enfermedades autoinmunes como lupus eritematoso sistémico o síndrome de Sjögren.
• Infecciones virales como VIH o hepatitis B o C.
• Cáncer.

La forma primaria de esta enfermedad suele atacar en gran medida a niños y jóvenes adultos de 8 a 30 años; mientras que la forma secundaria a los adultos mayores de 30 años.

Recordemos que la forma primaria hace referencia a cuando no se sabe el motivo de la aparición de la enfermedad, y la forma secundaria hace referencia a que es producto de otra afección.

Síntomas de la glomerulonefritis membranoproliferativa

Los síntomas que se manifiestan están en relación con el síndrome nefrótico y el síndrome nefrítico, siendo mas comunes el del primero.

Algunos de ellos pueden ser:

• Orina de color café, negra o gris.
• Reducción del volumen de orina.
• Edema o hinchazón en diversas partes del cuerpo, principalmente pies y tobillos.
• Orina turbia.
• Hipertensión.

Cuando el daño renal avanza se puede convertir en insuficiencia renal.

Diagnóstico y tratamiento

Para poder detectar este padecimiento es necesario practicar análisis de orina y sangre que mostrarán el nivel de sustancias acidas en la sangre.

Asimismo, también se pueden realizar ultrasonidos o tomografías para revisar la estructura de los riñones y por último puede ser necesario realizar una biopsia.

Una vez confirmada la enfermedad, se deberán establecer medicamentos que busquen controlar los síntomas como antihipertensivos, diuréticos, inmunosupresores (ciclofosfamida), corticosteroides.

Cuando avanza hasta llegar a estados terminales, se necesitará un trasplante de riñón.