Una mandíbula rota o fracturada usualmente sana por completo después del tratamiento, pero es común que se presente nuevamente dislocación en el futuro.
Algunas de las complicaciones son:
La causa más común de una fractura o dislocación de la mandíbula es una lesión en la cara que puede deberse a un accidente automovilístico, industrial, recreativo, deportivo, producto de una agresión física u otra lesión.
Algunos de los síntomas de una dislocación de la mandíbula:
Algunos de los síntomas de una mandíbula fracturada (rota) son:
Una mandíbula fracturada o dislocada es una afección aguda que requiere evaluación médica inmediata, dado el riesgo de que se produzca dificultad respiratoria o una hemorragia grave.
Se debe sostener la mandíbula suavemente en su lugar con las manos durante el traslado hasta la sala de emergencias. También se puede utilizar una venda, pasándola por encima de la parte superior de la cabeza y por debajo de la mandíbula, pero dicha venda debe ser fácil de quitar en caso de que la víctima sienta la necesidad de vomitar.
Si el paciente presenta dificultad respiratoria o hemorragia grave o si se presenta hinchazón facial, se puede colocar una sonda en las vías respiratorias para ayudar con la respiración
Si la mandíbula está dislocada, es posible que el médico sea capaz de reubicarla en la posición correcta utilizando los pulgares. Se pueden necesitar medicamentos para insensibilizar (anestésicos) el área con el fin de relajar los fuertes músculos mandibulares.
Asimismo, es posible que se necesite estabilizar la mandíbula, lo cual generalmente implica colocar vendas para impedir que la boca se abra demasiado. En algunos casos, se puede requerir cirugía para hacer esto, particularmente si se presentan dislocaciones mandibulares.
Después de una dislocación mandibular, no se debe abrir la boca mucho durante al menos seis semanas y se debe sostener o apoyar la mandíbula con una o ambas manos al bostezar o estornudar.
El hecho de vendar temporalmente la mandíbula, alrededor de la parte superior de la cabeza para evitar que se mueva puede ayudar a reducir el dolor.
El tratamiento específico para una mandíbula fracturada depende de la gravedad de dicha fractura en el hueso. Si se trata de una fractura menor, es posible que el único tratamiento necesario sea el uso de analgésicos o seguir una dieta blanda o líquida por un tiempo.
Con frecuencia se puede requerir cirugía en caso de fracturas moderadas o severas. Se puede fijar la mandíbula a los dientes del maxilar opuesto con alambres para mejorar la estabilidad y dichos alambres generalmente se dejan allí durante unas seis a ocho semanas. Para mantener los dientes juntos se utilizan pequeñas bandas de caucho (elásticos). Después de unas pocas semanas de completa inmovilización de la mandíbula, se retiran algunos de los elásticos para permitir el movimiento y reducir la rigidez de la articulación.
Si la mandíbula está inmovilizada con alambres, sólo podrá ingerirse una dieta líquida o muy blanda. Se debe tener a mano unas tijeras romas para cortar los elásticos en caso que la persona vomite o se asfixie. Si es necesario cortar los alambres, se le debe informar oportunamente al médico para que los reemplace.
No se debe intentar corregir la posición de la mandíbula
Una mandíbula fracturada o dislocada requiere atención médica inmediata. Los síntomas de emergencia son la dificultad respiratoria o una hemorragia profusa.
Atención durante el embarazo y el parto, así como el diagnóstico y tratamiento de enfermedades en los órganos reproductivos femeninos.